La mayoría del uso del agua se destina a la agricultura, de forma especial en los países en vías de desarrollo. El problema con este recurso comienza con el crecimiento de las urbes y el desplazamiento de gran parte de la población a las ciudades.

«Quienes no tienen dificultades con el agua disponen de una legislación moderna que contempla los avances tecnológicos, así como de recursos humanos y financieros», ha asegurado José Jiménez. Este especialista ha denunciado que dos mil millones de personas no disponen de agua corriente.
En el caso concreto de Canarias, Jiménez ha señalado la necesidad de comparar el agua en función del número de habitantes por isla. En este sentido, sorprende que según este parámetro las islas donde más llueve del archipiélago son El Hierro, La Gomera, La Palma, Fuerteventura y Lanzarote, antes que las dos islas de mayor población, Tenerife y Gran Canaria. Este especialista ha denunciado la falta de datos homogéneos en las islas, que permitan un estudio profundo de la situación en Canarias. No obstante, Jiménez ha destacado que el Archipiélago puede ser un ejemplo en el planeta por su tratamiento del agua, pero también sufre problemas como la excesiva dependencia de la desalación y, por tanto, del sector energético necesario para llevar a cabo dicho proceso.