Roberto San Salvador ha continuado su conferencia con una disertación sobre el concepto del espacio en la actualidad, donde ya no es tan sencillo encontrar elementos arquitectónicos y naturales que diferencien unos lugares de otro. San Salvador ha introducido así el término «deslocalización del ocio», donde las audiencias provienen de múltiples orígenes, ante la amplia accesibilidad y las facilidades para desplazarse. Asimismo, este profesor ha señalado que hoy el ocio tiene que ser impactante, espectacular, con una gran presencia en los medios de comunicación e, incluso en este caso, «es muy difícil conseguir el impacto en el tiempo». San Salvador ha afirmado que le preocupa que «el ocio depredador siga, con un uso extensivo de recursos patrimoniales y naturales». De esta forma, ha abogado por un «ocio sostenible».

Los cambios sociodemográficos han influido también en el ocio, según este especialista, donde se da una enorme fragmentación de públicos y hay una gran presencia de la mujer y una multiculturalidad que, en sus propias palabras, «no ha sido digerida como debería». Además, el ocio se ha mercantilizado, lo que, según San Salvador, ha provocado la desprotección de la diversidad cultural y que «no se vendan productos sino experiencias de los mismos». Como elementos positivos, el profesor de la Universidad de Deusto ha señalado la posibilidad de utilizar el ocio para la educación.
Roberto San Salvador ha concluido con la necesidad de programar un ocio que provoque emociones positivas, para que la experiencia del consumidor permanezca en su recuerdo en el tiempo. El docente ha abogado por la desaceleración, la proximidad, lo auténtico, lo transcultural y «una cierta responsabilidad en cada servicio, propuesta o infraestructura que se diseña y realiza».