En Tenerife, Canarias, después de más de 40 años de democracia, en estas disciplinas (cultura, literatura) se da por supuesto, con demasiada naturalidad, que la igualdad ya se ha logrado y que todo está conseguido. Sin embargo, ahora, en 2021, nos volvemos a encontrar en la triste situación de siempre: no hay igualdad en la literatura.

Uno de nuestros objetivos es impulsar a las mujeres escritoras, y a la vez animar a los niños y a las niñas a la creación literaria, motivarles para que crezcan con la convicción de la literatura y la cultura es un mundo donde tanto hombres como mujeres tienen cabida por igual.

Sacar de su rincón olvidado a mujeres canarias escritoras maravillosas, de primera línea, como Pino Ojeda,  Cecilia Domínguez Luis (Premio Canarias de Literatura, el único otorgado a una mujer), Elsa López, Yanet Acosta, Yolanda Delgado Batista, Fátima Martín, Elena Villamandos, Covadonga García Fierro, Alba Sabina, Cristi Cruz, Maite Martín, María Teresa de Vega, Angeles Ramos, Maca Martinón, Pilar Escalona, Felicidad Batista, Ana Joyanes, Elizabeth López Luna, Elena Puchalt, Dulce Xerach, Alejandra Galo, Ana García-Ramos, Ana Santana, Isabel Medina, etc., por citar sólo a algunas. Trataremos de poner con este proyecto un granito de arena a la lucha de sacarlas para siempre de la oscuridad.

Solo a modo de ejemplo, el reconocimiento más importante en lengua castellana, el Premio Cervantes, tan sólo ha galardonado a 5 mujeres frente a 39 hombres desde que se instauró en 1976: María Zambrano (1988), Dulce María Loynaz (1992), Ana María Matute  (2010) Elena Poniatowsla (2013) e Ida Vitale (2018).

Aún más escandalosa es la representación de las mujeres en la Real Academia Española. En toda su historia, sólo once mujeres han sido –o son– académicas de la RAE. Y no es solo un problema nacional. El premio literario internacional más conocido es sin duda el Nobel de Literatura. Desde su creación en 1901 hasta 2017 ha premiado a 14 mujeres frente a 101 hombres.

La Idea basada en estereotipos adquiridos, que culturalmente es aceptada como verdad, implica la elaboración de una opinión sin antes tener ninguna experiencia directa o real, por lo que está muy relacionada con la discriminación. Actitudes, capacidades, comportamientos, funciones sociales y limitaciones diferenciadas para hombres y mujeres, adquiridas socialmente y por medio de la educación, en un entorno determinado, llegan a considerarse como naturales a pesar de tener un origen cultural. La mejor forma de fomentar la igualdad es practicar con el ejemplo.

«Para la mayor parte de la Historia, Anónimo era una mujer”.

Esta cita de la gran escritora feminista Virginia Woolf critica la invisibilización que ha tenido la mujer en la cultura. A lo largo de la historia, los intelectuales se han comprometido con diferentes responsabilidades, han formado parte de las estructuras de poder económico, político y cultural de diferentes maneras y con diversos grados de éxito, pero ha sido así con la mujer. Con el auge de la globalización y la homogeneización de la ciudad contemporánea, el papel del filósofo, del intelectual y del profesional de la cultura en general, en la arena política ha sido a menudo relegado a responder a preguntas que otros han planteado. Llega el momento, en 2020 y 2021, 42 años después de aprobada la constitución de 1978 en nuestro país, de analizar lo acontecido para sacar conclusiones en materia de igualdad de géneros.

Proyecto patrocinado por Cabildo de Tenerife y Diputado en Común

#islascanarias #canaryislands