El mundo del arte, al igual que en otras áreas de la cultura, ha sido dominado en su gran mayoría por hombres. A día de hoy esta corriente está cambiando, apareciendo en escena mujeres artistas muy reconocidas. En aras de poder aclamar a estas artistas, así como poder explicar un poco sobre su trayectoria, nos gustaría presentar a seis de las mujeres más influyentes en el arte contemporáneo.

Esther Ferrer (San Sebastian 1937)
es una artista interdisciplinar española centrada en el performance art y considerada una de las mejores artistas españolas de su generación. En 2008 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas de España y en 2014, el Premio Velázquez de Artes Plásticas que otorga el Ministerio de Cultura.
A principios de la década de los 60, Ferrer creó junto con el pintor José Antonio Sistiaga el primer Taller de Libre Expresión, germen de muchas otras actividades paralelas, entre ellas una Escuela experimental en Elorrio. En 1966, se unió al grupo de performance ZAJ, creado por la propia Ferrer junto a los españoles Juan Hidalgo, Ramón Barce y el italiano Walter Marchetti. ZAJ fue conocido por sus actuaciones conceptuales y radicales, muchas de ellas inspiradas en la idea y obra del artista estadounidense John Cage, realizadas en algunos teatros y salas de conciertos de España durante la Dictadura de Francisco Franco. El grupo ZAJ fue disuelto en 1996 por uno de sus fundadores, Walter Marchetti.
La producción de Ferrer incluye objetos, fotografías y sistemas basados en series de números primos. También es conocida por su trabajo como artista performance. En 1973 se mudó a París, donde ha vivido desde entonces. En 2012 el museo Artium de Vitoria presentó la exposición En cuatro movimientos sobre su obra comisariada por Rosa Olivares.
Sylvie Ferré ha dicho de ella que: «El trabajo de Esther Ferrer se caracteriza por un minimalismo muy particular que integra rigor, humor, diversión y absurdo».
En 2017 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía organizó la exposición Esther Ferrer. Todas las variaciones son válidas, incluida esta, un recorrido sobre su actividad artística, pionera y una de las principales exponentes del arte de performance que concluyó con Concierto ZAJ para 60 voces.
En 2018 con motivo del 40 aniversario de la Constitución española su obra instalación Memoria, 1991 fue seleccionada entre las obras procedentes del Museo Centro de Arte Reina Sofía para la exposición El poder del arte, ubicándose por primera vez en las sedes del Congreso de Diputados y del Senado.
En 2019 formó parte de la exposición Poéticas de la emoción organizada por CaixaForum junto a los artistas contemporáneos Bill Viola, Manuel Miralles, Shirin Neshat, Colita y Pipilotti Rist, la obra en vídeo Extrañeza, desprecio, dolor y un largo etc. 2013

Cristina Iglesias (San Sebastián 1956)


es una escultora y grabadora española. Su obra se encuentra repartida por museos y espacios públicos de varios países.
Nacida el 8 de noviembre de 1956 en el seno de una familia donde los cinco hermanos han sido artistas, comenzó estudiando Ciencias Químicas, carrera que abandonó para marcharse a Barcelona donde practicó dibujo y cerámica un tiempo. Después, se formó en Escultura en la Chelsea School of Art en Londres. Allí conoció al que sería después su marido, Juan Muñoz, y a otros artistas como Anish Kapoor. Su estancia en la capital británica —y también su paso por Italia— marcó su futuro como artista que deseaba, sobre todo, trabajar en el espacio y el contexto. Al terminar en el Reino Unido, pudo acceder a una beca Fulbright para estudiar en la Escuela de Bellas Artes del prestigioso Pratt Institute de New York (1988). En los años 1980 realizó sus dos primeras exposiciones individuales en Portugal y representó a España por primera vez en la Bienal de Venecia (1986). Esta presencia internacional le permitió comenzar a ser reconocida. En los años 1990, pasó con éxito por Suiza, participó en la Exposición Universal de Sevilla de 1992, en la Bienal de Sídney, visitó por segunda vez la Bienal veneciana y expuso obra en el Reino Unido y Estados Unidos, siendo galardonada en 1999 con el Premio Nacional de Artes Plásticas en España, por los «nuevos caminos» abiertos. Durante esos años, fue también profesora de escultura en la Academia de Bellas Artes de Múnich.
Ya consagrada en Europa y Estados Unidos, en los años 2000, después de superar el fallecimiento de su marido, participó en la Bienal de Taipéi (2003) y fue la primera española en ser invitada a participar en la Trienal de Folkstone (Reino Unido, 2011). La primera obra pública en España, fue el encargo que le realizó Rafael Moneo de la puerta de entrada del nuevo edificio en la remodelación del Museo del Prado (2007), el Portón-pasaje, constituido por seis grandes planchas móviles con forma de vegetales fosilizados en bronce.
En 2016 se le concedió el Tambor de Oro de la Ciudad de San Sebastián.
En 2018 con motivo del 40º aniversario de la Constitución española su escultura Sin título, 1988 fue seleccionada entre las obras procedentes del Museo Centro de Arte Reina Sofía para estar representada en la exposición El poder del arte. La exposición se ubicó en los edificios del Congreso de los Diputados y del Senado

Pilar Albarracín (Sevilla, 1968)


es una artista española conocida por sus performances, vídeos, dibujos, fotografías, bordados, collages e instalaciones «enfocadas hacia la construcción cultural de la identidad española, especialmente la de la mujer andaluza».
La escritora Paula Achiaga la nombra como una de las artistas españolas más controvertidas. En palabras de la crítica de arte Rosa Martínez Delgado «Pilar Albarracín desvela el drama de las estructuras de dominación y pone en evidencia la violencia ejercida sobre las mujeres. Pero no lo hace desde un dogmatismo moralista, sino desde la ironía o el sarcasmo de visiones surreales y apropiaciones jocosas».
La obra de Albarracín examina su cultura y herencia andaluzas, haciendo referencia a la sociedad y sus símbolos. En sus performances incorpora la danza, en especial el flamenco, y el vestuario típico regional. Hay también un componente de erotismo en su obra. Albarracín se interesa por el feminismo y la sociología.
Rosa Martínez escribe que las mujeres representadas por Albarracín «han sido todas utilizadas o abusadas por un sistema que las considera bienes inmuebles o bienes de consumo». Durante sus actuaciones, a menudo se transforma en arquetipos de mujeres españolas, como «campesina, inmigrante, mujer maltratada, ama de casa, bailarina flamenca o cantaora de flamenco”. Gran parte de la obra de Albarracín trata sobre la mujer o situaciones que incluyen mujeres. Por ejemplo «Sangre en la calle» (1992), donde representa mujeres que han sido víctimas de violencia en plena calle.
Con otros medios, Albarracín también emplea la ropa femenina para hacer sus acciones. En su performance de 1999, Tortilla española, la artista cortaba su propio vestido y lo cocinaba en una «ceremonia de auto-inmolación». En 2012, Albarracín creó «mandalas de ropa interior» para prendas originalmente utilizadas por familiares de la artista. La serie se llamó El origen del Nuevo Mundo. La artista comentó cómo la intersección de lo invisible, la ropa interior cotidiana y la naturaleza sagrada del mandala, producían una sensación de ironía.También provocaba la conversación: al pedir a sus familiares y amigos su ropa interior, les indujo a hablar abiertamente sobre su ropa y sus cuerpos.
Aunque su obra no está exenta de seriedad, Albarracín difunde su visión artística como «llena de parodias y tragicomedias que se aproximan al paroxismo catártico». Una de estas piezas es La cabra (2001), donde representa una especie de «danza salvaje» con una bota chorreante.
Otras obras significativas suyas son La Noche 1002/ The Night 1002 (Fotografía en Color; 125 x 186 cm), Lunares, 2004 (Video, Galerie Valloise, Paris) o Prohibido El Cante, 2013 (Fotografía en Blanco y negro; 190 x 125 cm).
Albarracín trata los símbolos folclóricos andaluces con ironía y humor, aunque se muestra a favor de tradiciones no exentas de polémica, como las corridas de toros.

Marina Abramovic (Belgrado, 1946)


es una artista serbia dedicada al arte del performance que inició su carrera a comienzos de los años 1970. Activa durante más de cuatro décadas, se ha descrito a sí misma como la «madrina del arte de la performance». El trabajo de Abramović explora la relación entre el artista y la audiencia, los límites del cuerpo y las posibilidades de la mente.
Abramović nació en Belgrado, Serbia, antigua Yugoslavia, el 30 de noviembre de 1946. En una entrevista describe a su familia como «burguesía roja».El tío abuelo de Marina Abramović fue un patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia. Tras su muerte, muy seguramente envenenado, fue proclamado santo, embalsamado, y colocado en la Iglesia de San Sava en Belgrado. Ambos padres fueron partisanos en la Segunda Guerra Mundial: su padre, Vojo, fue un comandante aclamado como héroe nacional después de la guerra; su madre, Danica, fue comandante en la armada, y a mediados de los sesenta fue Directora del Museo de la Revolución y Arte en Belgrado.
Abramović fue criada por sus abuelos hasta los seis años de edad. Su abuela era profundamente religiosa y Abramović pasó su infancia en una iglesia siguiendo los rituales de ésta. Con seis años de edad, al nacer el hermano de Abramović, comenzó a vivir con sus padres y a recibir clases de piano, francés e inglés. Desarrolló interés por el arte a una edad temprana y disfrutaba pintando, aunque no acudió a clases sobre esta materia. El padre de Abramović abandonó a la familia en 1964.
Abramović estudió en la Academia de Bellas Artes de Belgrado entre 1965 y 1970. Completó sus estudios de posgrado en la Academia de Bellas Artes de Zagreb, Croacia en 1972. Entre 1973 y 1975 enseñó en la Academia de Bellas Artes de Novi Sad, mientras preparaba su primera performance solista. De 1971 a 1976, se casó con Neša Paripović. En 1976 Marina Abramović dejó Yugoslavia y se fue a Ámsterdam.
Después de mudarse a Ámsterdam, Abramović conoció al artista de performance germano-occidental Uwe Laysiepen quien usaba el nombre de Ulay. Como dato anecdótico, ambos nacieron el mismo día (aunque no el mismo año).
Cuando Abramović y Ulay comenzaron su colaboración, los conceptos principales que exploraron fueron el ego y la identidad artística. Este fue el comienzo de una década de trabajo colaborativo. Ambos artistas estaban interesados en las tradiciones de sus patrimonios culturales y el deseo del individuo por los ritos. En consecuencia, decidieron formar un colectivo al que llamaron The Other (El Otro). Se vistieron y se comportaron como gemelos, y crearon una relación de completa confianza.
Idearon una serie de trabajos en que sus cuerpos creaban espacios adicionales para la interacción con la audiencia. En Relation in Space (Relación en el espacio) corrían alrededor de la sala, dos cuerpos como dos planetas, mezclando las energías masculinas y femeninas en un tercer componente al que llamaron «that self» (eso mismo). Relation in Movement (Relación en Movimiento, 1976) tenía a la pareja conduciendo su automóvil dentro de un museo dando 365 vueltas, un líquido negro salía del automóvil formando una especie de escultura, y cada vuelta representaba un año.
Después de esto, idearon Death self (La muerte misma), en la cual ambos unían sus labios e inspiraban el aire expelido por el otro hasta agotar todo el oxígeno disponible. Exactamente 17 min después del inicio de la performance ambos cayeron al piso inconscientes, ya que sus pulmones se llenaron de dióxido de carbono. Esta pieza exploró la idea de la habilidad del individuo de absorber la vida de otra persona, cambiándola y destruyéndola.
En 1988, luego de varios años de tensa relación, Abramović y Ulay decidieron hacer un viaje espiritual el que daría fin a su relación. Ambos caminarían por la Gran Muralla China, comenzando cada uno por los extremos opuestos y encontrándose en el centro. Abramović concibió esta caminata en un sueño, y le proporcionó lo que para ella era un fin apropiado y romántico a una relación llena de misticismo, energía y atracción.

Shirin Neshat (Iran, 1957)


es una de las artistas más representativas del arte iraní contemporáneo, con una importante producción audiovisual y fotográfica. Vive en Nueva York, Estados Unidos. La obra de Shirin Neshat se caracteriza por el tratamiento de la condición de la mujer, en las sociedades islámicas contemporáneas.
Proveniente de una familia de clase media iraní, su padre fue un importante fisioterapeuta y mientras su madre se encargaba de las labores hogareñas. Su infancia transcurrió en el seno de una familia que preconizaba los valores de la sociedad del Shah de Irán. De modo consecuente a esta postura familiar de admiración por los valores e ideología occidentales, Shirin Neshat comienza sus primeros estudios en una escuela católica de Teherán. Así se va arraigando en Shirin Neshat el manejo de determinados códigos occidentales tales como su feminismo de raíz occidental, rasgo fundamental en su obra. El padre de Neshat incentivó en cada una de sus hijas e hijos, sin distinción, el anhelo por adquirir una aguda preparación académica, de modo que todos ellos obtuvieron una elevada preparación universitaria.
En 1974, a los 17 años, Shirin Neshat viaja hacia la ciudad de Los Ángeles para estudiar arte. Mientras permanecía fuera de su país, se produce en este la conocida Revolución Islámica iraní de 1979, que trajo como resultado una reestructuración política y la instauración de una sociedad tradicional islámica en Irán. En el seno de la familia de Neshat, esta coyuntura política conllevó a la pérdida de la seguridad financiera que proveía el padre de familia, quien debió retirarse de sus labores como médico tras la mengua de sus beneficios y la disminución del salario que percibía.
Aproximadamente un año más tarde después de la Revolución, Shirin Neshat se instaló en San Francisco, en el área de la Bahía de esta ciudad. Allí matriculó en el Dominican College. Finalmente, se incorporó a la Universidad de California en Berkeley, donde completó sus niveles de Bachelor of Arts en 1979, Master of Arts en 1981 y Master of Fine Arts en 1982 (correspondientes a los diferentes niveles de licenciatura y maestrías propios a la formación artística).
Luego de graduarse, se traslada a Nueva York y se casa con Kyong Park, un curador coreano. Este había fundado y dirigía la galería de arte experimental Storefront for Art and Architecture, una organización sin fines de lucro. Neshat se incorpora activamente a esta organización, cuyo carácter multidisciplinario le permitió ponerse en contacto con una amplia diversidad de ideologías que le posibilitaron madurar su concepción artística y adquirir la experiencia necesaria para su individualización en el marco artístico. A este período corresponden las primeras producciones artísticas de Shirin Neshat, las cuales fueron posteriormente destruidas por ella.
A mediados de la década de los 90, comienza su producción audiovisual, con la que ya se consagra como una de las principales artistas iraníes contemporáneas. Así, en 1996 filma Anchorage, en 1997 Shadow under the Web, en 1998 Turbulent, un vídeo producido de Noire Gallery (Torino), y en 1999 Rapture y Soliloquy. Por estos dos últimos materiales, obtiene el Premio Internacional correspondiente a la XLVIII Bienal de Venecia de 1999. Rapture, video en colores producido por la Galerie Jérôme de Noirmont, había sido presentado en mayo de 1999 en el Instituto de Arte de Chicago. Tanto Rapture como Turbulent parten de la técnica de poner en paredes opuestas dos videos que dialogan entre sí. En Rapture, observamos en un video a un grupo de hombres, vestidos con camisas blancas y pantalones negros, dentro de una fortaleza circular que los rodea; en la pared del frente, simultáneamente transcurre un video que presenta a mujeres con sus chadors, caminando por el desierto. Ambos grupos rezan o susurran. Para realizar este video fueron utilizados más de 250 extras. Para Turbulent, que fue filmado en blanco y negro, en un video aparece la cantante iraní Sussan Deyhim con su chador de espaldas a un auditórium vacío (en alusión a la prohibición de cantar en público para las mujeres en Irán), mientras en el video que se muestra opuesto a este, aparece el cantante Shoja Azari, también de espaldas, pero a un auditórium compuesto por hombres vestidos de blanco y negro que sí pueden disfrutar de la música.
En el año 2002, vuelve a trabajar junto a Sussan Deyhim en Logic of the Birds, producida por la historiadora del arte Roselee Goldberg. Este filme fue estrenado en el Lincoln Center Summer Festival y luego presentado en el Walker Art Institute en Minneapolis y Artangel en Londres.
El corto The Last Word (2003) atañe al enfrentamiento entre el mundo artístico y las políticas culturales dentro del régimen social tanto del Shah como de la República Islámica. Se basa para ello tanto en su experiencia personal como en la de los numerosos artistas iraníes que han sufrido encarcelamiento, exilio o persecución a lo largo de estos años.
En el año 2006, obtiene el codiciado premio The Dorothy and Lillian Gish Prize, uno de los más lucrativos dentro de los medios artísticos.
En el año 2009 dirige su primer largometraje Women Without Men (2009), que conquistó el León de Plata como mejor directora del Festival de Cine de Venecia. Basada en la novela de igual nombre de Shahrnush Parsipur, prohibida en Irán, según palabras de la autora: “Women Without Men capta el momento decisivo en el verano de 1953, cuando los anhelos de una nación son aplastados por los poderes extranjeros en un golpe trágico que lleva a la Revolución Islámica de 1979. Treinta años después, al echar la vista atrás, esos jóvenes hombres y mujeres que protestaban en las calles de Irán frente a la brutalidad sin piedad nos recuerdan, una vez más, que esta lucha está viva y goza de buena salud.» El filme, con tintes de realismo mágico, trata las historias de cuatro mujeres iraníes: Munis, Zarin, Faezeh y Fakhri que ante el opresivo mundo en que viven hacen lo posible por enfrentarlo y acceder uno nuevo, donde pueden expresarse y ser libres a la vez. Estas historias también son presentadas de modo independiente en video-instalaciones de la artista, al que suele unirse Mahdokht, aunque no fue incluido en el largometraje.
En consecuencia con su activismo y posición política, en julio de 2009 Shirin Neshat se unió los tres días de huelga de hambre que tuvieron lugar en Nueva York ante la sede de las Naciones Unidas como protesta por la elección del presidente Mahmoud Ahmadinejad en Irán en este año. En el 2011, se unió a los 135 artistas que protestaron por las malas condiciones en que trabajaron los obreros que participaron en la construcción del museo Museo Guggenheim de Abu Dhabi, al pedir que ningún artista vendiera ni cediera ninguna obra a esta entidad.

Yayoi Kusama (Japan, 1929)


es una artista japonesa. A lo largo de su carrera, ha trabajado con una gran variedad de medios incluyendo: pintura, collage, escultura, arte performance e instalaciones; la mayoría de los cuales exhiben su interés temático en la psicodelia, la repetición y los patrones. Kusama es una precursora de los movimientos del arte pop, el minimalismo y el arte feminista e influenció a sus contemporáneos, Andy Warhol y Claes Oldenburg. A pesar de haber sido olvidada después de que dejó la escena del arte neoyorquino a principios de la década de 1970, Kusama es reconocida actualmente como una de las artistas más importantes que haya salido de Japón y una voz muy importante del avant-garde.
Nacida en Matsumoto (Nagano) en una familia de clase media alta de comerciantes de semillas, Kusama comenzó a crear arte desde una edad muy temprana, lo que la llevó a estudiar Nihonga (pinturas de estilo japonés) en Kyoto en 1948. Frustrada con este estilo japonés, ella se interesó en el avant-garde americano y europeo, montando varias exhibiciones solistas de sus pinturas en Matsumoto y Tokio durante la década de 1950. En 1957 se mudó a los Estados Unidos, estableciéndose en la ciudad de Nueva York donde produjo una serie de pinturas influenciadas por el expresionismo abstracto. Kusama cambió a la escultura y la instalación como sus medios principales y se convirtió un elemento fijo del avant-garde de Nueva York con sus trabajos expuestos al lado de Andy Warhol, Claes Oldenburg y George Segal a principios de la década de 1960 cuándo la artista se asoció al movimiento del Arte pop. Acogiendo el ascenso de la contracultura hippie de finales de los años sesenta, Kusama llamó la atención del público cuando organizó una serie de happenings en los cuales se pintaba a participantes desnudos con lunares de colores brillantes.
En 1973, Kusama se mudó de vuelta a Japón, donde ella encontró una escena del arte mucho más conservadora que la de Nueva York. Ella se convirtió en marchante de arte pero su negocio fracasó años después; más adelante padeció de problemas psiquiátricos y en 1977 se internó voluntariamente en un hospital, donde ella ha vivido el resto de su vida. Desde entonces, ella continúa produciendo obras de arte en diferentes medios y lanzó su carrera literaria con la publicación de varias novelas, poesía y una autobiografía.
El trabajo de Kusama está basado en el arte conceptual y muestra algunos atributos del feminismo, minimalismo, surrealismo, arte marginal, arte pop, y expresionismo abstracto, además de estar fusionado con contenido autobiográfico, psicológico y sexual. Kusama también es una novelista y poeta publicada, y ha creado trabajos notables en filmes y diseño de moda. Retrospectivas de gran tamaño e importancia han sido expuestas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Whitney de Arte Estadounidense, y el Tate Modern, mientras que en 2008 Christie’s en Nueva York vendió una de sus obras en $5.1 millones de dólares, un récord para un artista mujer con vida.

 

Proyecto subvencionado por el Cabildo de Tenerife y Diputado del Común.

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