Barry Bergdoll ha comenzado a explicar las propuestas para el frente marítimo de Nueva York mediante la exposición de algunas imágenes sobre la zona de la bahía, tan visitada por los turistas, y de las consecuencias de un calentamiento global que podría subir el nivel del mar y afectar el frente marítimo. A la hora de pensar en soluciones arquitectónicas lo primero que hicieron fue determinar que, en efecto, «la imagen de Nueva York está relacionada con la isla de Manhattan, presente en el imaginario de los neoyorquinos y de los visitantes», un elemento a tener muy en cuenta a la hora de diseñar cualquier modificación. En el taller participaron expertos de cinco estudios diferentes y las propuestas se realizaron con el fin de que muchos especialistas pudieran aprovecharlas, desde especialistas en material medioambiental hasta representantes políticos. Las ideas fueron expuestas en el MoMa. Bergdoll ha mostrado fotografías de la exposición, donde los equipos del taller propusieron ideas que podían también ser aplicadas a otras ciudadades, no sólo al frente marítimo de Nueva York.

El historiador ha puesto como ejemplo el huracán Katrina y sus desastrosas consecuencias en Nueva Orleáns, que padeció una inundación que causó daños humanos y materiales incalculables. Bergdoll ha explicado cómo el taller y la exposición en el MoMa buscó aportar elementos de las llamadas «soft infraestructure» (infraestructura blanda) desde múltiples disciplinas.